Esta receta es fácil y rápida, por lo que te convertirán en un verdadero maestro del pollo al horno. Te guiaré con precisión y pasión en cada paso de esta guía. Imagina el aroma tentador que se desprenderá de tu horno mientras el pollo se dora a la perfección, creando una corteza crujiente que envidia hasta al chef más experimentado. Y lo mejor de todo, estarás disfrutando de este manjar en cuestión de minutos.
Contenidos de la publicación:
Receta de Pollo al Horno: ¡Una Delicia para Compartir!
Equipamiento
- 1 Bandeja para hornear.
- Papel de aluminio
Ingredientes
- 1 pollo entero (aproximadamente 1.5 kg), limpio y sin vísceras.
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- 2 cucharaditas de sal.
- 1 cucharadita de pimienta negra molida.
- 2 cucharaditas de ajo en polvo.
- 2 cucharaditas de paprika.
- 1 limón, cortado en rodajas
- Ramitas frescas de tomillo y romero.
- 2 cebollas rojas, cortadas en gajos.
- 4 dientes de ajo, enteros y pelados.
Elaboración paso a paso
- Precalienta el horno a 200°C (390°F).
- En un tazón pequeño, mezcla el aceite de oliva, sal, pimienta, ajo en polvo y paprika.
- Unta el pollo con esta mezcla por dentro y por fuera.
- Coloca el pollo en una bandeja para hornear y rellénalo con rodajas de limón, ramitas de tomillo y romero.
- Distribuye las cebollas y los dientes de ajo alrededor del pollo en la bandeja.
- Cubre la bandeja con papel de aluminio y hornea durante 30 minutos.
- Retira el papel de aluminio y continúa horneando por otros 15 minutos o hasta que el pollo esté dorado y cocido por completo.
- Una vez listo, deja reposar el pollo por unos minutos antes de cortarlo en porciones y servir.
VIDEO REFERENCIAL (DE TERCERAS PARTES)
Notas
Información nutricional
¿Cómo hacer para que el pollo quede dorado?
Primero y principal, prepara tu pollo con cariño. Antes de llevarlo al horno, asegúrate de secarlo completamente con papel de cocina. La humedad en la piel del pollo puede obstaculizar el proceso de dorado, así que este paso es crucial. Una vez que esté bien seco, frota la piel con aceite de oliva para obtener ese brillo dorado y una textura crujiente.
El truco está en la temperatura y el tiempo. Precalienta tu horno a una temperatura alta, alrededor de 220 grados Celsius, para iniciar el proceso de dorado desde el principio. Coloca el pollo en la rejilla del horno, asegurándote de que esté bien elevado sobre la bandeja para permitir la circulación del aire caliente alrededor de toda la pieza.
Durante el proceso de cocción, asegúrate de no abrir el horno innecesariamente. Cada vez que abres la puerta, pierdes calor y puedes interrumpir el proceso de dorado. Deja que el horno haga su magia durante al menos 30 minutos antes de comenzar a revisar la cocción.
Para potenciar el dorado, puedes agregar una pizca de azúcar o miel sobre la piel del pollo antes de colocarlo en el horno. Esto ayudará a que se caramelice y adquiera ese color dorado apetitoso que todos buscamos.
Otro truco es darle un último toque al final. Una vez que el pollo esté cocido, puedes aumentar la temperatura del horno o incluso usar el grill durante unos minutos adicionales para intensificar el dorado. Pero ten cuidado de no pasarte, ¡nadie quiere un pollo quemado en lugar de dorado!
¿Dónde se originó el pollo al horno?
A lo largo de los siglos, diversas culturas han contribuido a la evolución y popularización del pollo al horno. Sin embargo, su origen se remonta a la antigua Roma, donde se comenzó a practicar la técnica de cocinar aves enteras en hornos de piedra. Esta práctica, que se consideraba un lujo reservado para las clases privilegiadas, dio lugar a la creación de recetas cada vez más elaboradas y refinadas.
Con el tiempo, esta receta se convirtió en un plato emblemático en la gastronomía europea, especialmente en países como Francia y España, donde se perfeccionaron técnicas de asado y se incorporaron sabores y especias característicos. El resultado: un pollo dorado y crujiente por fuera, tierno y jugoso por dentro, que se convirtió en el protagonista indiscutible de las mesas festivas y familiares.
Sin embargo, fue en la América colonial donde el pollo al horno adquirió su forma más reconocible y se popularizó entre las masas. Los colonos europeos, al llegar al Nuevo Mundo, adaptaron sus recetas tradicionales al clima y los ingredientes locales, dando lugar a una versión del pollo al horno que incorporaba hierbas y especias autóctonas, así como métodos de cocción innovadores.
Hoy en día, el pollo al horno es un plato universalmente apreciado, presente en las cocinas de todo el mundo y en una amplia variedad de formas y preparaciones. Desde las calles de Asia hasta los restaurantes de América, el aroma tentador y el sabor reconfortante del pollo dorado al horno continúan conquistando corazones y estimulando el apetito de quienes lo prueban.
¿Cuántas calorías tiene el pollo al horno?
En primer lugar, hablemos de las calorías del pollo al horno. Este plato, cuando se prepara sin piel y con poca grasa añadida, es una excelente fuente de proteínas magras y, por ende, tiene un contenido calórico relativamente bajo. Una porción típica de pollo al horno, que equivale a aproximadamente 100 gramos, contiene alrededor de 165 calorías. ¡Una opción nutritiva y sabrosa para cualquier ocasión!
Ahora bien, ¿Qué otras recetas pueden complementar tu menú junto con el pollo al horno? Si estás buscando opciones variadas, considera preparar una exquisita lasaña, un plato tradicional italiano que combina capas de pasta, carne y queso en una explosión de sabor. Otra alternativa tentadora es el pollo Kentucky, una receta famosa por su crujiente cobertura de especias y su interior jugoso, que seguramente deleitará a tu paladar.
Y, ¿Qué tal si cerramos con broche de oro con un delicioso postre? La receta de chocoflan es una opción irresistible que combina lo mejor de dos mundos: el suave y dulce flan con el intenso sabor del chocolate. Con cada bocado, disfrutarás de una experiencia culinaria única y satisfactoria.