Sumérgete en los sabores tradicionales de España mientras te llevamos en un viaje gastronómico por los secretos de esta deliciosa receta de salmorejo cordobés. Desde la selección de los ingredientes frescos hasta el último toque de aceite de oliva virgen extra, te guiaremos en cada paso para que logres el equilibrio perfecto entre textura y sabor. ¡Prepárate para impresionar a tus invitados con este plato icónico de la cocina española!
Contenidos de la publicación:
Receta de Salmorejo
Equipamiento
- 1 licuadora o procesador de alimentos.
- 1 Cuchillo afilado.
Ingredientes
- 1 kg de tomates maduros
- 200g de pan del día anterior.
- 1 diente de ajo.
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra.
- 30 ml de vinagre de Jerez.
- Sal al gusto.
- Jamón ibérico y huevo duro para acompañar (opcional).
Elaboración paso a paso
- Comienza pelando y cortando el tomate en trozos grandes. Retira las semillas si lo deseas para obtener un salmorejo más suave.
- Remoja el pan en agua durante unos minutos para ablandarlo.
- Exprime el exceso de agua del pan y colócalo en la licuadora junto con los tomates, el ajo pelado, el aceite de oliva, el vinagre y una pizca de sal.
- Tritura todo a máxima potencia hasta obtener una crema suave y homogénea.
- Prueba y ajusta la sazón si es necesario.
- Refrigera el salmorejo durante al menos 1 hora antes de servir.
- Sirve frío, acompañado de trozos de jamón ibérico y huevo duro si lo deseas. ¡Disfruta de este delicioso plato refrescante!
VIDEO REFERENCIAL (DE TERCERAS PARTES)
Notas
Información nutricional
¿Cuál es el origen del salmorejo cordobés?
El origen exacto del salmorejo cordobés es objeto de debate entre los historiadores gastronómicos. Algunos sugieren que tiene sus raíces en la cocina romana, donde se preparaban platos similares con pan y vinagre. Otros apuntan a la influencia árabe en la región, introduciendo ingredientes como el ajo y el aceite de oliva. Sea cual sea su origen exacto, lo cierto es que el salmorejo cordobés se ha arraigado profundamente en la cultura culinaria de la región.
Una de las teorías más aceptadas sobre el origen del salmorejo cordobés señala su relación con la cocina de los campesinos andaluces. Se dice que los trabajadores agrícolas utilizaban los ingredientes disponibles en el campo, como el tomate maduro, el pan duro y el aceite de oliva, para preparar una comida sustanciosa y refrescante durante los calurosos días de verano. Con el tiempo, esta receta se refinó y se convirtió en el plato emblemático que conocemos hoy en día.
¿Qué es el salmorejo?
El salmorejo es una sopa fría elaborada a base de tomate, pan, aceite de oliva, ajo y vinagre. Su preparación es sencilla pero requiere de ingredientes de calidad y un proceso meticuloso para alcanzar su máximo esplendor.
El tomate, preferiblemente maduro y jugoso, se combina con el pan duro, previamente remojado en agua, para crear una base densa y reconfortante. El aceite de oliva virgen extra, elemento fundamental en la cocina española, aporta su característico sabor y suavidad, mientras que el ajo y el vinagre añaden un toque de frescura y complejidad.
¿Qué lo hace tan especial?
La clave está en su simplicidad y en la calidad de sus ingredientes. El salmorejo es un homenaje a la cocina tradicional, a esos sabores auténticos que evocan recuerdos de hogar y de momentos compartidos alrededor de la mesa.
Su textura sedosa y su sabor equilibrado lo convierten en una opción ideal para refrescarse en los días calurosos de verano, pero también en un plato reconfortante durante el resto del año.
¿Cómo se sirve el salmorejo?
Tradicionalmente, se sirve frío, acompañado de tropezones de jamón serrano y huevo duro picado. Esta combinación de sabores y texturas crea una experiencia gastronómica única, donde cada bocado es un viaje al corazón de Andalucía.
Además, su versatilidad lo convierte en un lienzo en blanco para la creatividad culinaria, ya que se puede adaptar y personalizar con diferentes ingredientes y guarniciones según los gustos de cada comensal.
¿Cuánto tiempo dura el salmorejo casero en la nevera?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el salmorejo casero, al no llevar conservantes artificiales, tiene una vida útil limitada en comparación con otros alimentos procesados. Una vez preparado, se recomienda almacenarlo en un recipiente hermético y refrigerarlo lo antes posible. La temperatura óptima de conservación oscila entre los 2°C y los 4°C.
Ahora bien, ¿cuánto tiempo podemos mantener nuestro preciado salmorejo en la nevera antes de que su calidad se vea comprometida? La respuesta puede variar ligeramente dependiendo de los ingredientes específicos y las condiciones de almacenamiento, pero en general, se estima que el salmorejo casero puede conservarse en la nevera de tres a cuatro días sin perder su sabor y frescura.
Es importante mencionar que durante este período, es posible que observe cambios en la textura y el color del salmorejo. Es normal que se espese un poco y que el color rojo intenso se atenúe ligeramente. Sin embargo, si detecta algún olor desagradable o signos visibles de deterioro, es mejor desecharlo para evitar cualquier riesgo para la salud.
¿Qué nos aporta el salmorejo?
En primer lugar, el salmorejo es una fuente rica de antioxidantes, gracias a su ingrediente estrella: el tomate. Este vegetal tan versátil contiene licopeno, un poderoso antioxidante que ayuda a combatir el daño causado por los radicales libres en nuestro cuerpo, contribuyendo así a la prevención de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Además, el aceite de oliva, otro componente esencial del salmorejo, aporta grasas saludables a nuestra dieta. El aceite de oliva virgen extra, preferiblemente utilizado en la receta, es rico en ácidos grasos monoinsaturados, los cuales son beneficiosos para el corazón y ayudan a reducir el colesterol LDL o «malo».
No podemos pasar por alto la presencia del ajo en el salmorejo. Este ingrediente no solo le otorga su característico sabor, sino que también aporta sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, fortaleciendo nuestro sistema inmunológico y contribuyendo a la salud de nuestras vías respiratorias.
Por si fuera poco, el pan, utilizado como espesante en la preparación del salmorejo, nos brinda carbohidratos de absorción lenta, lo que nos proporciona energía de manera sostenida a lo largo del día y nos ayuda a mantenernos saciados por más tiempo.